In space no one can eat ice cream!

El otro día volví a ver Payasos asesinos del espacio exterior, una gamberrada graciosa y resultona.

¿Recomendable? Pues sí, y mucho, y por distintas razones. Es una muestra típica de un subgénero, cuando el terror se hizo autoparódico y gamberro. Y es también la demostración de que se puede hacer cine barato y sin ambiciones de manera competente y, en algunos casos, brillante. Hoy en día (tras la revolución digital) esto es prácticamente imposible... se pueden hacer más cosas y más baratas, pero los FX artesanales baratos "cantan" menos que la animación digital barata.

Detrás de este producto están los hermanos Chiodo, unos artesanos brillantes responsables de la animación de los Critters. Desarrollaron multitud de personajes de películas de serie B durante los 80', pero Payasos asesinos... es sin lugar a duda su producto más personal. Cine para pasar el rato, pero hecho con convicción y talento.


La idea es estúpida a no poder más. Llegan los extraterrestres a un pequeño pueblo americano y comienzan a capturar gente con el fin de almacenarlos y chuparles la sangre. Sólo un chico valiente, su novia y el policia joven y audaz podrán detenerlos. Visto mil veces. Y si te digo que los estraterrestres se parecen a los payasos, su nave tiene forma de carpa de circo y que atrapan a la gente en algodón de azúcar. Ahhhhh.


Es alrededor de este punto de originalidad donde la película orbita. La mayor parte de la acción se centra en los payasos y en los distintos métodos que usan para atrapar a los lugareños. Tartas de acido, sombras chinescas que se comen a la gente, marionetas, palomitas de maiz que cobran vida, matasuegras asesinos, etc.

En un momento de la película los payasos persiguen a los protagonistas. Entonces vemos a uno con un globo haciendo algo: un perro. Le atan una cuerda y el perro (es un globo, repito) empieza a seguir el rasto. Eso lo hace Tim Burton y es una genialidad...


Sus protagonistas: rostros conocidillos del cine/televisión de los 80': Grant Cramer y John Allen Nelson. Pero sobretodo destaca el grandísimo John Vernon, en un papel genial (su papel de toda la vida, vamos): el jefe de policia que cree que todo es una broma de los jóvenes gamberros (digamos repite el papel de Desmadre a la americana pero con una muerte cruel).

No es una película de culto propiamente dicha. Tiene multitud de fallos: algunos personajes (estoy pensando en los vendedores de helados) irritan bastante; su resolución es bastante apresurada y poco creible (bueno, son payasos extraterrestres: la falta de credibilidad no es el principal problema)... Y aún así tiene una legión de seguidores.

El año pasado sacaron varias figurillas conmemorativas (con 20 años de retraso, no está mal). Y la verdad, la apariencia de los payasos (aterradora) propició que se convirtieran en un icono del cine de terror juvenil de los 80'.

Lo que más me gustó es la banda sonora, con un temazo de los malogrados Dickies, pioneros del punk californiano y teloneros habituales de los Ramones.


La frase promocional ("In space no one can eat ice cream!") es una parodia de la frase promocional de Alien ("In space no one can hear your sream").

Si es que los hermanos Chiodo son unos cachondos. Pero ya no me dan miedo.